viernes, 12 de septiembre de 2014

Ella vive en un mandala

Ella veía las ofertas de colores
y seleccionaba uno a uno
con pausada concentración quirúrgica.

El vaivén del coloreado
adormecía cualquier tormenta.
La sensación de vacío infinito
era moneda corriente.

Su burbuja cumplía con el objetivo
es así que su silencio 
se tornaba natural,
Ella sabía que nada cambiaría
y que las caretas ya se encontraban en el suelo.

Si Ella no lo corta, 
todo se mantendrá en el tiempo
y luego, no habrá lugar a réplica.

El disfrute masoquista es breve
y por elección, 
de ocio y divertimentos varios
pero no busca que sea su lema de vida.

Así siente Ella todo,
cometer errores 
es mejor que 
simular perfección

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