Ella veía desde fuera de si la escena, ellos bailaban a diferentes ritmos... Y la técnica poco les importa.
A veces es necesario sentir ese momento, el escalofrío, las cosquillas, sentirse rodeado y por ende, protegido.
Ella se llena de esos instantes y se lanza a bailar el tango de los suspiros.
Dame tu mano, vuela conmigo.. Seremos soledades y cuentos compartidos.
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