Se escucha mucho ruido ambiente, por momentos se nota
que el aire es libre y las remeras de “víctima” están en liquidación. Liquidación.
Ella camina y camina en busca de algo, de alguien, de
sentir, de silencio, de amor, de paz. Paz.
Juega a ser y a no ser, porque ¿qué es más divertido
que jugar a la escondida? Ella ya no le tiene miedo a la oscuridad ni a los
fantasmas, esconderse está bien pero no hay nada más terrible que nunca ser
descubierta. Descubierta.
Su mochila es suya y la de Ella es de Ella. ¿Suena
redundante? Si, lo sé, lo es. Pero muchas veces es necesario repetir y repetir
hasta que en el otro se genere el “clic” y las luces se enciendan. Todos
tomamos caminos diferentes, venimos de recorridos diferentes, tenemos
visiones-perspectivas diferentes, y Ella es fiel a su filosofía de que en la
diversidad está la belleza de las cosas. Cosas.
Mi mochila es mía, no es más ni menos que la tuya.
Sino que es mía y de nadie más. Nadie
más.
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