domingo, 7 de agosto de 2016

Profundidad

Ella se encontraba repasando su repentino acto fallido, allí estaban plasmadas en la pantalla la cruel realidad. La negación constante sufrió un breve desliz y, eso fue todo. Todo.

Siempre le asustó la profundidad del otro, siempre. Nada más arriesgado que soltarse y dejarse adentrar en ella, sin red de protección. Protección.

Se dice que aquello dicho está allí, a la intemperie y lo escrito, bueno, aquello es más grave aún, de lo escrito no hay retorno. Retorno.

Ella aún sorprendida de sí misma y su instante de sinceridad fallida se miró intensamente al espejo y repasó todos los acontecimientos que la llevaron a dicho momento… y así, sin vueltas y con la honestidad que la caracteriza, concluyó: “no, no alcanza, yo merezco más”. Más.


Y así fue que tomó el picaporte y comenzó a cerrar la puerta a su profundidad, aún no está lista para transitarla, o al menos no la que se le presenta. Aún no. No.

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