Ella se reía hacia afuera y hacia sus adentros. Se sentía segura, rodeada, su mirada lo decía todo.
Se miraban sin decir nada y ambos se reían, palabras más, palabras menos... todo estaba dicho y con el solo sumergirse en las pupilas del otro expresaba todo.
Ella y su Zorro jugaban a idas y vueltas mientras dormían abrazados, espalda con espalda, el cariño del sueño inconsciente... despertarse y sentirse seguro, eso no tiene precio... y en sus miradas ya no hacen falta las palabras. No, no hacen falta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario